23 octubre, 2011
Más que estelas en Berreaga
Un grupo de arqueólogos estudia un castro de la Edad de Hierro en el Txorierri – El recinto contaba con murallas, foso y necrópolis
EVA LARRAURI – Bilbao – 30/10/2011
Desde Artxanda, mirando hacia el aeropuerto de Loiu, se distingue una pequeña cadena montañosa que cierra el valle del Txorierri y lo separa de Mungia. Una de las cimas, de poco más de 360 metros de altitud, el monte Berreaga, se diferencia por su escarpada ladera. Allí se han encontrado huellas de la ocupación humana desde la Edad de Hierro, entre el siglo III y el I antes de Cristo, y la mejor colección de estelas funerarias de ese período halladas en Bizkaia. Este mismo mes, un grupo de arqueólogos ha iniciado una intervención en el denominado castro de Berreaga, que deberá determinar si toda la superficie afectada debe contar con protección como bien cultural.
Los estudios anteriores hallaron restos de 150 esculturas funerarias
Las primeras referencias históricas sobre el enclave datan del siglo XVII
Los arqueólogos trabajan sobre una superficie de unas nueve hectáreas, repartidas en los términos municipales de Zamudio, Mungia y Gamiz-Fika, para aclarar dudas sobre los límites del recinto fortificado y cerrar el expediente administrativo de protección.
Las primeras referencias del enclave datan del siglo XVII. Esos documentos históricos ya citan la existencia de lápidas y sepulturas, aunque sin determinar si son de la época medieval o anteriores. Las excavaciones comenzaron a finales de los años ochenta; posteriormente, hubo otras intervenciones, que finalmente se abandonaron en 1994. Los arqueólogos que trabajan para la Dirección de Patrimonio Cultural iniciaron hace un par de semanas una exploración sistemática del castro y tendrán finalizada la excavación antes de finales de noviembre.
Berreaga se encuadra en la treintena de castros de la Edad de Hierro que se han localizado en el País Vasco, como el de Arrola, en Nabarniz, o el de Malmasin, en Arrigorriaga. “Con los datos que tenemos podemos datar el castro de Berreaga entre los siglos II y I antes de Cristo”, explica el arqueólogo de Patrimonio Cultural Armando Llamosas.
Las actuaciones arqueológicas en Berreaga han sacado a la luz restos de murallas y foso, del poblamiento y la necrópolis. Como resultaba habitual en la época, la necrópolis se encontraba cercana al poblado, en el camino de acceso. Las roturaciones en esa zona del monte no han impedido recuperar 150 piezas, entre estelas y fragmentos de ellas. Su decoración es muy característica: dos líneas incisas se cruzan formando un motivo cruciforme. Los enterramientos se realizaban tras la incineración en un pequeño receptáculo cubierto por un túmulo sobre el que se colocaban las estelas.
El resto de los materiales rescatados en Berreaga son pobres, apenas fragmentos que nunca llegarán a un museo, pero muy explícitos para determinar la edad del asentamiento. La cerámica celtibérica convivió con las técnicas locales de menor calidad, pero hasta los pobladores de Berreaga también llegó la terra sigillata de los romanos.
Gobierno vasco lleva a cabo una
intervención arqueológica en el recinto fortificado de la Edad del Hierro de Berreaga
Hay indicios de su población en el siglo III antes de Cristo y cuenta con una de las mejores colecciones de
estelas funerarias de Bizkaia
http://www.20minutos.es/noticia/1196452/0/
EUROPA PRESS. 22.10.2011
El Departamento de Cultura del Gobierno vasco está llevando a cabo una intervención arqueológica en el recinto fortificado de Berreaga, tras la declaración de dicho poblado de la Edad del Hierro como Bien Cultural Calificado.
Los trabajos, encargados por la Dirección de Patrimonio Cultural a la empresa Ondare Babesa -experta en este tipo de actuaciones-, tienen como objetivo aclarar algunos puntos dudosos sobre su delimitación y afinar la protección del castro.
Con los resultados de la misma, y lo que ya se conoce de investigaciones anteriores, se procederá al cierre del expediente y quedará definitivamente protegido este castro ubicado entre Zamudio, Mungia y Gamiz-Fika, según ha informado el Ejecutivo autónomo.
El nombre de Berreaga aparece desde la antigüedad en las fuentes históricas del Señorío de Bizkaia con menciones a noticias de estelas y templos. En este enclave, se encontraban los templos más antiguos de la comarca, como el de San Bartolomé, parroquia de Laukariz y Geldos, cuyas funciones se dividieron entre San Bartolomé de Geldos y Santiago de Laukariz por desavenencias entre los vecinos de ambos barrios, según el historiador Itiurriza.
En textos del siglo XVII, se citan también sepulturas y lápidas en la zona, aunque no se puede determinar con certeza a qué tumbas se refieren, si medievales o anteriores.
Este templo desaparece en el s. XIX, aunque los restos, en el borde noroeste del espolón, casi sobre la muralla del castro, y su memoria se han mantenido hasta nuestros días.
El yacimiento arqueológico
Berreaga fue ya objeto de excavaciones arqueológicas en los años 90, en una pequeña parte de su extensión, y a lo largo de varias campañas han salido a la luz restos de murallas, foso, poblamiento y necrópolis, además de una enorme cantidad de estelas y fragmentos.
El material recogido en las intervenciones realizadas es, “aunque pobre en lo material, muy explícito en cuanto a información histórica”, ha destacado Cultura.
Entre las piezas localizadas destacan fragmentos de cerámica celtibérica, de moda en la época, que convivieron con otra de peor calidad, de producción local. Asimismo, se han encontrado restos de cerámica romana que confirman los contactos de estos pueblos con el invasor y permiten precisar una cronología clara de ocupación, en torno al cambio de Era (s. I).
Los pobladores, por su parte, vivieron en casas de planta circular construidas sobre postes a tenor de la única estructura de este tipo que los arqueólogos han sacado a la luz.
Agricultores y ganaderos
La arqueología ha proporcionado también información sobre las formas de ganarse la vida de estos pueblos. Aunque el término “hacer un poco de todo”, podría ser plenamente válido, la explotación del medio natural próximo fue la ocupación básica de estas gentes: recolección y caza junto a ganadería y agricultura, como demuestra la aparición de un arado, uno de los pocos del país.
La necrópolis, ubicada cercana al poblado y en el camino de acceso -como era habitual en la época-, se encuentra algo dañada por las continuas roturaciones que ha sufrido el monte Berreaga. Los estudios revelan que los enterramientos se hacían tras la incineración en una pequeña cista cubierta con un pequeño túmulo de encima y una estela decorada con dos líneas incisas que se cruzan formando un motivo cruciforme muy característico.
Las estelas de esta necrópolis -más de un centenar largo entre fragmentos y completas- suponen la mejor colección de estelas de la Edad del Hierro en Bizkaia.
Con toda esta información y el análisis de los materiales, las estelas y sus paralelos en otros lugares, los investigadores han podido conocer la vida de este poblado entre el s. III antes Cristo y el s. I después de Cristo. Sin embargo, este lugar trasciende a estas fechas y junto a los restos del templo mencionado, se han encontrado otros de época carlista y de la Guerra Civil.
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