17 enero, 2013
En el marco de las intervenciones arqueológicas que
Ondare Babesa S.L. está llevando a cabo
en la Iglesia de San Sebastián de Artxua (Kuartango) de cara a su
rehabilitación, y de las que disponéis de más información
aquí y
aquí, hemos realizado una actuación de protección provisional de
sendas tallas de madera enterradas en una de las sepulturas del encajonado de
esta iglesia. Dichas tallas, de San Sebastián y Santa Marina, fueron puestas al
descubierto al levantarse las losas de varias tumbas una vez que este templo
abandonó el culto, habiéndose deteriorado enormemente al estar expuestas a la
intemperie durante varios años. La decisión de protegerlas nuevamente en el
mismo lugar en que fueron enterradas se ha tomado como medida de precaución por
las obras que se van a desarrollar en el interior de la iglesia.
La práctica de enterrar imágenes románicas en las
sepulturas de las iglesias no puede considerarse un hecho aislado y se
generaliza en el siglo XVIII al considerarse, como mínimo, de poco gusto
artístico por las autoridades eclesiásticas. De hecho, contamos con una cita
textual sobre ello referente a la ermita de San Sebastián de Pariza (Condado de
Treviño):
“…tambien se visito la
hermita de San Sebastian que se hallo decente pero se noto que en el altar
falta crucifijo, que el retablo es nuebo, y en el estan colocadas tres efigies
mui antiguas, deslucidas y tan ridiculas y feas qe. causan irreverencia, por lo
que mandaba y mando S.S.Y. a las personas obligadas a la conserbacion, adorno y
decencia de dha hermita que dentro de ocho dias de la publicacion de este auto
hagan poner crucifijo en el altar, que se quiten de el las tres efigies
ridiculas, deshaciendolas y enterrando sus pedazos en la misma ygla. y en el
termino de dos meses dispongan se egecute una del santo titular decente y se
coloque en el medio de dho retablo…”
(Pariza. Archivo Histórico Diocesano de Vitoria. Libro de fábrica
nº 12 , folio 18v. Año 1792/09/18)
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